sábado, 27 de febrero de 2010

¿Importa la calidad de los Liderazgos Públicos? Dos ejemplos clarificadores

¿Hasta qué punto las personas "hacen la diferencia"? Teniendo en cuenta que las organizaciones son, en primera y última instancia, personas, parece claro que la calidad de los individuos que las forman acaba siendo determinante, especialmente con respecto a sus dirigentes. Eso no quita importancia al resto de elementos que configuran las instituciones, pero sí que nos recuerda que, en lugar de rendirnos a "las circunstancias", las comunidades haríamos mejor considerándolas simplemente un punto de partida hacia nuestros objetivos y poniéndonos a perseguirlos con eficacia.

En todo caso, el rápido y exitoso proceso de desarrollo de la China es un buen ejemplo de cómo la calidad de los liderazgos cuenta. La evolución que ha seguido el gigante asiático no se explica si no se tiene presente el papel jugado por la clase política china, repleta de ingenieros en su cúpula. Eugenio Bregolat, en su libro "La segunda revolución china", sostiene que una de las razones decisivas que explican que el resultado de las reformas promovidas haya estado diametralmente opuesto en la China y en Rusia es la calidad de los liderazgos respectivos. Argumenta Bregolat que un líder tiene que tener una comprensión correcta de la realidad que quiere transformar, una visión clara de aquello que quiere conseguir, y acierto en las estrategias y tácticas que conducen del punto de partida en el de llegada. Pues bien, en todas estas dimensiones, los nuevos mandarines chinos de los últimos 30 años (Deng Xiaping,Jiang Zemin, Zhu Rongji ...) contrastan positivamente con los jerarcas que intentaron reflotar primero la URSS y después Rusia (Gorbochov y Ieltsin). La tarea que tanto los unos como los otros tenían entre manos era inmensa, y las dificultades a sobrepasar resultaban extraordinarias, pero los primeros se salieron con la suya, mientras que los segundos fracasaron estrepitosamente.

Deng y sus sucesores tenían claro los cambios que tenían que hacer: diseñaron un plan maestro que planteaba cuatro modernizaciones (de la agricultura, la industria, la ciencia y la tecnología, y la defensa) y la conversión de la economía planificada en una economía de mercado. Deng también supo como gestionar estos cambios, consiguiendo en cada momento los consensos necesarios a favor de las reformas en el seno de la élite comunista, haciendo las cosas en el orden adecuado (empezando por la agricultura, cosa que benefició a la mayoría de la población y proporcionó así el apoyo popular imprescindible para continuar adelante), y controlando los 'tempos' de las transformaciones con un enfoque gradualista. En cambio, los dirigentes rusos se equivocaron tanto en la estrategia como en la implementación de ésta. Los resultados están a la vista: mientras que el PIB de la China ha crecido a una velocidad increíble (cuadruplicando el PIB en 20 años) y el país ha sacado de la pobreza a centenares de millones de personas y ha emergido como nueva potencia mundial, la URSS se disolvió y Rusia se hundió económicamente (en 10 años, su PIB llegó a reducirse a un tercio de lo que había sido).

Naturalmente, los líderes chinos citados no eran infalibles y también cometieron errores, aparte de que sus éxitos no los absuelven del juicio moral que merece el carácter totalitario del régimen que han mantenido (basado en cuatro principios: vía socialista, dictadura del proletariado, liderazgo del Partido Comunista, y pensamiento de Marx-Lenin-Mao Zegond) o hechos tan lamentables como los de Tiananmen de 1989. Habrá quien conceda que sólo desde el autoritarismo es posible hacer evolucionar ordenadamente a una sociedad tan grande y compleja como la china, pero el ejemplo de la India invalida esta interpretación.

Pero volviendo al tema de este post, lo que es seguro es que, para una ciudad o país, disponer de líderes de calidad (políticos, sociales, económicos, organizativos ...) es fundamental. Por eso tenemos que reclamar y hacer posible que al frente de nuestras administraciones y gobiernos hayan los mejores.

sábado, 20 de febrero de 2010

10 Líneas de Trabajo e Ideas-Fuerza para la Nueva Administración

A la vista de los diferentes 'pecados' que hemos empezado a identificar en los gobiernos y administraciones contemporáneas, podemos preguntarnos qué tendría que caracterizar al sistema público del futuro inmediato, a fin de superar aquellas carencias y desviaciones. He aquí 10 posibles líneas de cambio y principios inspiradores:

. Vigencia de la POLÍTICA: El gobierno de un país no puede ser una simple gestoría asexuada que se limita a 'ir tirando', ni la administración pública puede erigirse en contrapoder de la dirección que marca la sociedad. Por eso, hace falta un alineamiento del gobierno y de la administración con un programa político coherente, ambicioso y reformista al servicio de un modelo de país.

. DESPUBLIFICACIÓN de la sociedad: El mundo público ha de renunciar a un intervencionismo paternalista que mata la creatividad y la vitalidad de la gente. Conviene, pues, revisar las fronteras de lo público, devolver el protagonismo a la sociedad, reconocer el derecho a escoger del ciudadano, fomentar los partenariados público-privados, proceder a una purga normativa y repensar, en definitiva, el rol de la administración.

. MERITOCRACIA: El camino productivo es la apuesta por los mejores, tanto en el seno del gobierno como de la administración, anteponiendo las capacidades y los compromisos con la misión a las fidelidades de carnet o a la simple veterania.

. Implementación de un sistema de CARRERAS profesionales para los empleados publicos (ligado a la gestión por competencias, la dirección por objetivos, la retribución variable...)

. ADELGAZAMIENTO del sector público: actuación sobre el diseño institucional para la reducción -por razones de ahorro, de simplificación y de integración- de consejerías, de direcciones generales, de cargos de confianza, de niveles de gobierno, de unidades administrativas ...

. Impulso a la EXTERNALITZACIÓN de servicios (a la vez que mejora de la gestión de aquello externalizado: hay que aprender a gestionar a través de terceros)

. Generalización de la EVALUACIÓN (de servicios, de políticas, del rendimiento...)

. Construcción del E-GOBIERNO y de una Administración Digitalizada e Inteligente

. Interiorización e Integración de las metodologías de MEJORA y cambio organizativo (calidad, sostenibilidad, participación, seguridad, nueva cultura, desburocratización ...)

. Configuración de una Administración basada en VALORES: Singularización de la nueva administración en base a un conjunto de valores fuertes y distintivos: Honestidad (más allá de la legalidad), Vocación de servicio, Transparencia, Lealtad institucional, Cooperación, Austeridad ...

sábado, 13 de febrero de 2010

Pecados del Sector Público: 6) La falta de Austeridad y de Eficiencia

Teniendo en cuenta el sacrificio que se impone a los ciudadanos y a la comunidad en su conjunto cada vez que el sector público se apropia de recursos privados (en nuestro país, un 40% del PIB, lo que determina un drenaje de riqueza que comporta un innegable coste de oportunidad y que desincentiva el esfuerzo), el buen gobierno pasa por maximizar el valor que se crea com los recursos que gestionan gobiernos y administraciones, y minimizar la parte de ellos que se consumen internamente, en el proceso. En consecuencia, la actuación pública tiene que caracterizarse por la economía de medios, el esfuerzo por la eficiencia, y una austeridad ejemplar (ya que, precisamente porque el dinero es de terceros, debe administrarse con mayor cuidado aún que el patrimonio propio).

Ésta no ha sido la pauta que en muchos países, entre los cuales el nuestro, se ha seguido los últimos años, en los que la bonanza económica aseguraba abundancia de ingresos en el sector público. Ahora, sin embargo, con la crisis y sus efectos (caída de los ingresos, descontrol del déficit, incremento del endeudamiento, aumento de las necesidades...) se generalizan los recortes presupuestarios y se multiplican los esfuerzos por ahorrar y priorizar. Si estos intentos de lucir una mejor figura tienen continuidad, bienvenida habrá sido la crisis, pero si todo ello es sólo como la fugaz penitencia autoimpuesta con la que pretendemos purgar los excesos de Navidad -de la que nos olvidamos al cabo de cuatro días-, habremos dejado escapar una buena oportunidad de crear buenos hábitos.

viernes, 5 de febrero de 2010

Pecados capitales del sector público: 5) La Fragmentación

En el ámbito público, obtener resultados a menudo sólo es posible si hay un esfuerzo conjunto y coordinado de diferentes unidades, administraciones y/o actores de dentro y de fuera del planeta público. Trabajar en equipo y en red (a nivel intraorganizativo, interorganizativo e intercomunitario) tiene que ser parte del ADN de la nueva administración y del nuevo gobierno, algo que obliga a los agentes públicos a comportarse más humildemente y a practicar liderazgos -cuándo sea el caso- basados en las aportaciones antes que en las imposiciones.

Pero el problema previo es el de la cohesión y coordinación dentro del propio sector público. Frecuentemente, las unidades administrativas están repletas de grupúsculos enfrentados entre sí. A menudo, Ayuntamientos vecinos se niegan a compartir servicios o proyectos porque "cada uno tiene que tenerlo todo" y, si eso no es posible, "entonces que se ponga/se haga en mi municipio". Al mismo tiempo, los entes locales acaban contrapuestos a los autonómicos, y éstos en los estatales, y éstos a los europeos -cada uno pretendiendo hacer prevalecer su agenda y necesidades al resto-. Y las antipatías personales y los intereses políticos o gremiales acaban de complicarlo todo.

Así no se puede funcionar. Sin una simplificación administrativa que reduzca el número de actores, y sin lógicas y valores de cooperación que primen sobre las disputas de campanario y las filias y fobias interpersonales, no lo conseguiremos. Ante los enormes retos y problemas que afrontamos, es hora de sumar esfuerzos y de ir todos a una.