domingo, 10 de octubre de 2010

Candidatos municipales: ¿A la búsqueda del superhéroe/ína?

El perfil del Alcalde óptimo para el próximo mandato municipal español (2011-2014) es más exigente que nunca. En primer lugar, el futuro Alcalde tendrá que ser un buen administrador de la organización municipal, capaz de sacar el máximo de partido de ella en un contexto en que los recursos disponibles disminuirán y las necesidades ciudadanas aumentarán.

En segundo lugar, el Alcalde del 2011 tendrá que ser un político igualmente eficaz a la hora de contribuir a la generación de riqueza y puestos de trabajo en su territorio. A este efecto, deberá ser proactivo, disponer de una estrategia inteligente de desarrollo y de adaptación de la economía local al escenario de la post-crisis, hacer del Ayuntamiento un motor de recuperación y dinamsmo de la ciudad, e ir a buscar inversiones -privadas y públicas- allí donde haga falta.

Aún más: el Alcalde ideal de los próximos años tendrá que ser capaz de garantizar una buena convivencia ciudadana a pesar de la tendencia creciente al incremento de conductas incívicas e insolidaries, a pesar de los problemas crónicos de inseguridad y delincuencia, y a pesar de la gran heterogeneidad de las sociedades actuales (que hace más difícil los consensos y los compromisos).

En conclusión, el Alcalde deseado tiene que ser tanto un politic hábil como un gestor eficaz y un incansable emprendedor. Pero, tan importante como eso, tiene que contar con un modelo y proyecto de ciudad adecuado, debe formar un equipo de colaboradores internos -concejales y profesionales municipales- que compense sus carencias (porque nadie es perfecto) y que sean líderes ellos mismos, y tiene que saber movilizar la comunidad e infundirle confianza.

En conjunto, estamos pidiendo un conjunto de competencias difíciles de reunir en un solo hombre o mujer. ¿Es posible encontrar candidatos así? No es una tarea imposible, pero se hace más complicada desde el momento en que ser político no está de moda, el malhumor ciudadano pasa factura, y las compensaciones por el sacrificio que exige hacer política municipal son bien pocas. De todos modos, partiendo de los candidatos con que se cuente, hay que recordar que los líderes también se pueden formar y que pueden mejorar con la práctica.

viernes, 1 de octubre de 2010

La trastienda de los impuestos

Ahora que las administraciones más diligentes ya empiezan a trabajar en la elaboración de los presupuestos para el próximo año, es un buen ejercicio releer el capítulo X de los "Sofismas económicos" -pequeños cuentos con moraleja incluída- de Bastiat.

El texto (que se puede encontrar en el web http://bastiat.org/es/recaudador.html), escrito el año 1848 por el economista y político francés Frédéric Bastiat, se titula "El recaudador", y explica de forma divertida la conversación que sostienen un viñador y un recaudador de impuestos cuando éste último visita al agricultor para llevársele 6 de los 20 toneles de vino que ha producido, y le va explicando el destíno que tendrá cada uno de ellos. Podríamos hacer el equivalente de esos usos a nuestra época, y quedaríamos no menos preocupados que los lectores de la historieta de hace dos siglos.

Con todo, la fábula no se ha de entender como un alegato ciego contra los impuestos, sino como una invitación a ser muy prudentes a la hora de desviar recursos de las familias y de las empresas hacia los organismos públicos, y como una exigencia a sacar el máximo valor y utilidad de estos recursos.

PD: Por cierto, hoy ya no serían 6 toneles sino al menos 8. Y ojo con la reflexión que hace Bastiat en el texto sobre algunos políticos: continúa siendo de plena actualidad.